Hace unos días, el fabricante británico de coches Jaguar Land Rover se unió a la puesta en marcha de un nuevo buque destructor para la guerra de la Real Armada Británica.
La manera en que Land Rover se integró a este lanzamiento fue vinculando un nuevo modelo de su versión Defender, que será parte activa del destructor Tipo 45 HMS Defender, que se une a la cuadrilla de barcos que garantizan la seguridad en los mares del Reino Unido y que apoyan desde hace muchos años diferentes misiones de combate en el extranjero.
La idea es que la tripulación de este buque tenga una excelente versión de vehículos Todo Terreno para movilizarse cuando estén en tierra firme, dejando el sello de excelencia que siempre ofrece una marca británica y, más todavía, una marca que remonta sus raíces a 1948.
Ambas maquinarias, el barco y el coche, son un claro ejemplo de lo que puede hacer la ingeniería británica. El destructor fue construido en el astillero Govan ubicado en el río Clyde en Escocia, mientras que el vehículo se fabricó en la planta de Land Rover en Solihull, en la parte central de Inglaterra.
Los dos sistemas de transporte están diseñados y equipados para hacer frente a difíciles circunstancias y lugares diferentes, así como a cualquier tipo de entorno en todo el mundo.
El destructor HMS Defender fue lanzado en 2009 y ha sido objeto de extensas pruebas de navegación antes de entrar en servicio este año. Más allá de la afiliación lograda con la marca Land Rover, la nave también cuenta con una serie de afiliaciones diferentes, especialmente en las ciudades de Glasgow y Exeter.
La manera en que Land Rover se integró a este lanzamiento fue vinculando un nuevo modelo de su versión Defender, que será parte activa del destructor Tipo 45 HMS Defender, que se une a la cuadrilla de barcos que garantizan la seguridad en los mares del Reino Unido y que apoyan desde hace muchos años diferentes misiones de combate en el extranjero.
La idea es que la tripulación de este buque tenga una excelente versión de vehículos Todo Terreno para movilizarse cuando estén en tierra firme, dejando el sello de excelencia que siempre ofrece una marca británica y, más todavía, una marca que remonta sus raíces a 1948.
Ambas maquinarias, el barco y el coche, son un claro ejemplo de lo que puede hacer la ingeniería británica. El destructor fue construido en el astillero Govan ubicado en el río Clyde en Escocia, mientras que el vehículo se fabricó en la planta de Land Rover en Solihull, en la parte central de Inglaterra.
Los dos sistemas de transporte están diseñados y equipados para hacer frente a difíciles circunstancias y lugares diferentes, así como a cualquier tipo de entorno en todo el mundo.
El destructor HMS Defender fue lanzado en 2009 y ha sido objeto de extensas pruebas de navegación antes de entrar en servicio este año. Más allá de la afiliación lograda con la marca Land Rover, la nave también cuenta con una serie de afiliaciones diferentes, especialmente en las ciudades de Glasgow y Exeter.
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